Hoy me sorprendí a mi misma viéndome muy poco afectada por las circunstancias de la vida, cada vez acepto más abiertamente las cosas que me suceden sin juzgarlas, sin enredarme en ellas
Uau! Cuanto ahorro energético es aceptar que nos sucede lo que nos tiene que suceder!

Íbamos en el colectivo hacia Funes con bolsas del súper llenas de provisiones para el fin de semana
Ravi Inder me dijo que tuviera cuidado con las bolsas que yo había dejado en el suelo para que no se nos perdiera nada, “si, si” dije yo, “ya las agarré”
Nos bajamos del colectivo y él dice “nos quedamos sin barritas de cereal, se te cayeron en el colectivo”
Las barritas eran para mi ¿qué iba a comer?

En otro momento me hubiera quedado lamentándome y reprochándome una y otra vez por no haber mirado mejor al tomar las bolsas
Pero últimamente siento que es un gasto energético, si ya nada puedo hacer, de que me sirve quedarme allí parada echándome culpas, si me parece válido tomar registro de lo sucedido para tener más cuidado la próxima vez, pero sólo eso, creo que no hace falta agregarle emocionalidad


Lo mismo me pasó a la noche con una gaseosa que me había comprado especialmente para la cena
Como estaba caliente la puse en el congelador, pero la heladera estaba muy fuerte y se congeló…
Ergo, cené sin gaseosa (y no fue la muerte de nadie)

Esta aceptación me resulta muy placentera, me siento más dúctil

Para algunos es difícil de entender, piensan que no reaccionar significa desinterés, cuando en realidad estoy intentando tomar las riendas, no es que no me interesa, sino que es mi elección

A veces, no todas, pero si algunas, mi ego no reacciona desenfrenado y eso para mi es todo un logro